Alfarería en femenino

Somos artesanas de lo animado y lo inanimado, a veces esos dos talleres funcionan en paralelo. En nuestro vientre, como una vasija que se ensancha, modelamos y contenemos seres humanos productos de amor y de fuegos, que se fortalecerán fuera de nuestro cuerpo pero no lejos de nuestro calor.

Con su cuerpo en la tierra, modela la alfarera formas de arcilla; líneas curvas apoyadas en la espiral, vasijas redondas, entalladas, que asemejan su propio cuerpo de Venus de terracota. Crea con sus manos, la alfarera, piezas que van a contener en su concavidad alimentos para la vida. De sus manos nacen pimpinas, tazas, botellas, jarras, ollas, múcuras, cazuelas. Para esto, reúne elementos símbolos de la vida: tierra, agua, viento, fuego y amor. No debe ser casual la relación mujer-tierra, lo femenino creando, gestando…  somos artesanas, alfareras, somos madres,  mujeres conocedoras de la tierra que jugamos a domar el fuego.

                                                                                                                    D.L